Medicina Peruana: El ayer y el presente

Medicina Peruana: El ayer y el presente

La historia es nuestra. La hemos suscrito con nuestras vidas; ayer el joven estudiante de Medicina proveniente de Cerro de Pasco, lo hizo hace 135 años en un momento de grave crisis para el país, en el marco de la reconstrucción nacional, al devolverle la esperanza a un pueblo golpeado y sin fé, ocasionada por la derrota de la guerra con Chile, al demostrar en 1885 la unidad clínica existente entre la Fiebre de La Oroya y la Verruga Peruana, hoy conocida en el mundo como la Enfermedad de Carrión; su invalorable contribución a la ciencia, hizo que el mundo se interesara y dirigiera su mirada hacia nuestra triste realidad. 

Hoy, la historia es escrita por nosotros, con nuestros 200 médicos fallecidos, 200 vidas ofrendadas en defensa de la vida de nuestros compatriotas, y no es necesario que sus nombres sean inscritos en el Panteón de los Héroes, porque cuando un médico muere, ¡nunca muere!

El gran filósofo y ensayista José Ortega y Gasset estudia a la persona y la define como a él y sus circunstancias, compuesto por dos esferas: el sujeto y su espacio-tiempo como binomio histórico para poder comprender el destino del hombre. Los paradigmas de la interpretación del ser humano y del mundo, incursionan en el escenario del pensamiento europeo y de allí pasan a América, el romanticismo llega en la década de los 40 y el positivismo en los 60. 

No puede haber duda que nuestro personaje homenajeado tuvo influencia del romanticismo en su mortal decisión de auto experimentar con la enfermedad de su interés, sus sentimientos diáfanos se posicionan en sus cartas de estudiante. Su emoción patriótica se demostró en la defensa de Lima, sintió sus estudios paralizados por la invasión y saqueo de la capital, venia de Pasco a destacar y que mejor manera que pasar a la inmortalidad con su sacrificio reconocido por sus pares y la academia libre de Medicina. Su actitud pro humana, su concepto del bien y su dedicación, hablan de una vida dedicada al servicio.

Para los positivistas, el debate se centraba en que la columna vertebral del progreso era la ciencia, que la realidad está construida con hechos y que los fenómenos de la naturaleza deben ser descritos con leyes que permitan su interpretación y reproducción.

El mundo ya vivía los espacios infinitos de la Medicina en bacteriología. Koch descubría el bacilo de la Tuberculosis en 1882 y al año siguiente el bacilo del cólera en 1883. Darwin con su selección natural de las especias de la cual deviene el darwinismo social como interpretación de los grupos humanos de élite con virtudes para sobrevivir, dirigir y gobernar, los auto experimentos, ya se efectuaban y se seguirían ejerciendo en el mundo de la investigación clínica, del cual Carrión se convierte en pionero en el Perú y América. Sus maestros del claustro san fernandino, estuvieron influenciados y desde luego nuestro mártir.

No puedo dejar la oportunidad de imaginar sentado junto a Grau a nuestro insigne homenajeado, estableciendo como causa de la pobreza y de la ausencia de un estado de derecho a la corrupción, mal endémico presente en la historia republicana .

Recordando las palabras de Carrión debemos exclamar que su obra no ha terminado, y que debemos continuar con su camino ya trazado por la senda del bien común, defendiendo la calidad y calidez del acto médico, como la manifestación más sublime del humano medico; no me cansaré de repetir, que somos la reserva moral de bata blanca, somos lo esencial en la cadena de servicios de salud, seguimos enfrentando la muerte con dignidad, nos toca ser participes activos de la reconstrucción de nuestra patria. 

Saquemos juventud de nuestro pasado, alejemos la indiferencia de nuestra conducta y, recibamos la bendición del todopoderoso para la correcta toma de decisiones. Avivemos nuestros corazones médicos, y que los gobernantes y la opinión pública tomen conocimiento que estamos más juntos que nunca, para enfrentar los golpes de la vida, la enfermedad y la muerte, y más unidos para defender nuestros derechos de ley que brinden una vida decente y tranquila a los médicos y sus familias en nuestra patria.

¡Viva el Día de la Medicina Peruana!

¡Viva Daniel Alcides Carrión!

¡Cuándo un médico muere, Nunca muere!

¡Sin luchas no hay victorias!

Dr. TEODORO QUIÑONES SÁNCHEZ

Secretario General

Send a Comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *